03 Dic El sol tiene el viento a favor
España tendrá que correr bastante si quiere cumplir con las expectativas contempladas en el Global Market Outlook For Solar Power 2019/2023 realizado por Solar Power Europe, una organización que representa a más de 200 organizaciones de las distintas partes de la cadena de valor de la industria de la energía solar. Este estudio apunta que, en un escenario medio, España dispondrá de una potencia instalada en energía solar de 19.452 MW en año 2023, frente a los 5.915 registrados al cierre de 2018. Esta cifra supone un incremento anual compuesto del 34%.
Es verdad que los vientos impulsan el crecimiento. La Unión Europea fue uno de los primeros promotores de la energía limpias al establecer objetivos energéticos y climáticos ambiciosos: reducción del 20 % en las emisiones de gases de efecto invernadero, del 20 % de energías renovables y el incremento en un 20 % de la eficiencia energética para el año 2020. Los países de la Unión iluminaron así un camino que impulsó la inversión en infraestructura, investigación e innovación. Fue una llamada a la acción que ahora ha sido imitada por otros países de todo el mundo.
Con el Acuerdo de París, la UE se ha comprometido a seguir avanzando y lograr una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 40 % para 2030. Para responder a este desafío y continuar liderando la transición energética mundial, la UE ha adoptado un conjunto de nuevas normas ambiciosas, definiendo los parámetros legislativos para los próximos años. Este nuevo marco se denomina Paquete “Energía limpia para todos los europeos”.
Se trata del paquete legislativo más avanzado del mundo para transformar el sector energético y descarbonizar la economía: un nuevo objetivo de energía renovable de al menos el 32 % vinculante en la UE y un nuevo objetivo principal de eficiencia energética de la UE de al menos el 32,5 %. Ambos objetivos incluyen la posibilidad de una nueva revisión al alza en 2023. Cuando se apliquen por completo, podrían llevar a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE de alrededor del 45 % en el año 2030. La energía solar juega un papel importante en la consecución de estos fines.
La legislación española está alineada con la apuesta de la UE, aunque tiene que afinar algunos procesos para alcanzarlos objetivos propuestos. Así, en el ámbito de la energía solar, el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) para el período 2021-2030 prevé la instalación de un promedio de 3 GW de nueva potencia fotovoltaica al año desde 2021, para llegar a un total de 28.000 MW de nueva potencia fotovoltaica instalada. Este objetivo supone una inversión de 28.000 millones de euros.
A favor también juega que la tecnología está madura. Prueba de ello es que la energía fotovoltaica ha reducido sus costes hasta un 95% en la última década, recorte que permite que sea competitiva en condiciones de mercado y que sea, junto con la energía eólica terrestre, la principal herramienta para descarbonizar la producción de electricidad en España.